PREÁMBULO
Algo que es deja de ser, para desaparecer o quizás empezar a ser algo diferente.
Cuando observamos y vivimos uno de esos momentos de aparente discontinuidad, nos encontramos frente a un cadáver en el tiempo de su rigor mortis.
Cuando una persona o un colectivo padece la vivencia de estar involucrado en algún acontecer de esta índole, todo su pasado se remueve en la memoria, se accionan y exacerban sus sentimientos y actitudes presentes, provocando las conductas más intensas y auténticas, y el traumatismo psicológico sufrido permite que sus rescoldos sean la levadura fermentada de la continuidad de la vida.
Así han ido transcurriendo los discursos mayúsculos de la Humanidad y los párrafos escuetos de cada uno de sus individuos.
Quiero llevar a cabo RIGOR MORTIS, desarrollar esta “Obra Abierta”, para sentir la ilusión de que navego con algún rumbo sobre nuestro, perdurablemente existente, marasmo proceloso. Y quiero suponer que durante algún tiempo no zozobraré.
Somos fútiles o con destino. Existimos por azar, por necesidad, o por ambos a la vez. Lo que acontece es incongruente o con sentido. Nos salvamos o nos condenamos.
Desde hoy, para mi vanagloria, y para mi “vana gloria” me embarco en RIGOR MORTIS, una “stultifera navis” del medioevo que recalará en diferentes puertos de la memoria, para retomar el camino consciente de la conciencia.
Quiero que las palabras e imágenes de RIGOR MORTIS sean “piedras” nacidas de la intuición, la reflexión y el análisis. Pretendo observar y meditar. Deseo imbuirme de tolerancia y expandirla. Y que podamos vivir en la esperanza de alcanzar, para todos, paz interior y colectiva.
Jakin Boaz.
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